Escribe Susana Merlo
No es ninguna novedad que el sector agroindustrial aporta más del 60% de las divisas que genera la exportación, ni que el complejo sojero es el rubro individualmente más importante del comercio exterior argentino. Por esta misma razón, el aporte fiscal es muy fuerte y, aunque el grueso de las retenciones (impuestos a la exportación) fueron recortados a cero (0%) en diciembre de 2015, la soja se mantuvo en 30% hasta este año cuando comenzó a rebajar a razón de 0,5% mensual y, dado que su producción se destina mayoritariamente al exterior, con el resultado de la cosecha se mide también parte del impacto fiscal que habrá en el país en ese ciclo.
Así las cosas, y a pesar de las expectativas de crecimiento que tuvo la Administracion Macri en su arranque, el sector agrícola se mantuvo prácticamente estancado durante la última década, situación solo alterada -en apariencia- por los números artificialmente aumentados en ciclo 13/14, durante la etapa kirchnerista, y que luego nunca fueron corregidos por los sucesivos funcionarios de Agroindustria que siguieron arrastrando el error.
Ahora, sumada la sequía y las temperaturas extremadamente altas, que llevan a que algunos consideren que es la peor seca en 70 años, las expectativas de cosecha ya registran daños irreversibles y, para colmo, no se prevén cambios climáticos que den lluvias copiosas como para revertir la situación.
Mientras el área de maíz sigue siendo la gran incógnita (ya que los funcionarios de turno la siguen usando como “fuelle” para justificar sus propios números), queda claro que el fisco va a registrar un duro golpe dado que a hoy, ya está acumulando una pérdida de alrededor de U$S 1.000 millones solo por retenciones de la soja, y a pesar de los aumentos del precio internacional del poroto que se deben, justamente, a los recortes de volumen por el mal clima, que ya se estiman en la Argentina.
Con este escenario, y aún si el clima se normalizara a partir de ahora, la cosecha total de este ciclo 17/18 estaría cayendo, otra vez, por debajo de los 120 millones de toneladas con las mayores pérdidas centradas en maíz, con retrocesos de al menos 10 millones de toneladas, y otro tanto en la soja.
A su vez esta situación estaría determinando que hasta el momento, las pérdidas de divisas por exportaciones (ya que la soja se exporta casi toda, y el maíz se recortaría primero lo que se vende al exterior), ya estarían superando los U$S 5.000 millones, además de la mencionada reducción de los aportes fiscales.
Como en todos los procesos “Niña”, cuando hay seca en la zona núcleo de la Pampa Húmeda, las lluvias suelen ser mucho más abundantes (y a veces hasta excesivas) en el NEA y en el NOA, por lo que cultivos de esas regiones, como el arroz, se encuentran comparativamente en mucha mejor situación. Pero la agricultura no es lo único que sufre con la falta de lluvias y las temperaturas extremas.
También la ganadería, tanto de carne como de leche está acusando recibo de los rigores del clima y los precios de los terneros esta semana lo están demostrando. Hay temor por la mayor mortandad de los animales chicos, y por la pérdida de alimento ya que las pasturas están sufriendo en forma exagerada un verano al que aún le falta un mes.
Lo mismo está ocurriendo con la producción lechera, mucho más sensible todavía a las temperaturas extremas.
En cualquier caso lo que ya se está viendo es que 2018 será otro año complicado para el campo, con mucho menor producción, o sea, circulante dentro del sector, y aumentos de insumos (gas oil, semillas, etc.), salarios, impuestos, y servicios lo que sigue restringiendo los márgenes.
A partir de ahora, cada día que se prolongue la sequía, se seguirán agudizando las pérdidas que, especialmente en los casos de maíz y soja, “no tienen piso”…
Así, el balance actual hace muy difícil que en el próximo ciclo se produzca el esperado despegue del sector agropecuario, por lo que la campaña 18/19 que comenzará en 3-4 meses, es probable que repita la perfomance acotada de siembra (entre 35 y 38 millones de hectáreas) de los ciclos anteriores, y con clima otra vez como el gran factor que pueda alterar los resultados, tanto a favor, como en contra….