En el campo, el ´16 ya está jugado.

Suponer que los productores agropecuarios son tan poco profesionales que un anuncio de U$S 100 millones, como el que hizo el Ministro de Economía Axell Kicillof esta semana, puede hacerlos desistir de los reclamos y, más aún, puede entusiasmarlos para cambiar su decisión (negativa) de producción, es no saber absolutamente nada del campo.

Y esto, que hasta podría ser perdonable en el titular de Economía, no lo es en el caso del mandamás de Agricultura, Carlos Horacio Casamiquela quién, además de ser ingeniero agrónomo promoción ´73 (42 años para haber aprendido algo), pasó toda su vida en el INTA, el organismo técnico oficial.

Sin embargo, la decisión de la Mesa de Enlace disminuida (sin la participación de la cúpula de la Federación Agraria Argentina, aunque si de las bases federadas) de conmemorar el 7º aniversario del “no, positivo” de Julio Cleto Cobos en 2008, que tiró por tierra el intento oficial de aumentar las retenciones, impulsando la modalidad “móvil” del impuesto, con asambleas, movilizaciones y concentraciones en cerca de 50 rutas del país, puso en marcha finalmente a los funcionarios que, en lugar de buscar soluciones concretas a los problemas reales de la producción, solo pretenden debilitar el reclamo del campo, y el frente de entidades nacionales en la Mesa de Enlace, algo que no consiguen en el primer caso, y solo a medias en el segundo.

En esta carrera por los anuncios, antes de que “los productores salieran a las rutas”, además de tarde, el equipo económico se quedó “corto”, tanto en los volúmenes que se autorizó a exportar (apenas 500.000 toneladas de trigo, cuando hay 1,5 millón de  grano sin calidad panaderil que habría que haber liberado, o cerca de 10 millones de toneladas de maíz en lugar de apenas 4 millones, si realmente fueran ciertas las cifras de cosecha de Agricultura, etc.), como en los montos. Es que apenas poco más de U$S 100 millones cuando el sector aporta solo por retenciones unos U$S 8.000 millones, o se requieren cerca de U$S 10.000 millones para encarar cada campaña agrícola anual,  parecen realmente migajas, incapaces de revertir la situación actual.

Claro que se podría decir que Kicillof “no sabe”, pero evidentemente Casamiquela, además de la función de “apuntador” que le asignó Cristina Fernández en uno de los últimos discursos, y para la cual tal vez si esté preparado, no le explicó a su par (¿) de Economía que en esta campaña que ya comenzó, la caída del área de siembra será de, al menos, 3-5 millones de hectáreas, con bajas pronunciadas en el trigo y el maíz de 35% y 30%, aproximadamente. Que también se volverán a usar menos insumos (por 3 año consecutivo), que la cadena de pagos está cada vez más complicada, que el nivel de endeudamiento sigue aumentando, y que el interior está contra las cuerdas porque la mayoría de las localidades tiene su economía basada en la actividad agroindustrial, y esa es la que está ahora en jaque, hagan los anuncios que hagan los funcionarios.

Las jugadas de pizarrón no sirven a esta altura. Pero si los hombres de la presidente parecen desconocer absolutamente esta realidad, lo mismo sucede con los principales candidatos que tampoco registran que el resultado de esto, lo va a cosechar alguno de ellos, mientras que los seguidores de Kirchner, probablemente, para entonces vayan a afirmar: “con nosotros esto no pasaba”…

Si el clima ayuda (algo que no es demasiado seguro ya que hay pronósticos de Niño, y excesos de humedad para esta primavera), la cosecha de trigo que ya “está sembrada” y que comenzará a levantarse a fines de noviembre-diciembre, apenas estaría rondando los 8-9 millones de toneladas reales, mientras que la de maíz ni llegaría a los 20 millones de toneladas, mostrando una caída importante respecto a la última campaña, aunque bastante menos “amplia” que la de los resultados que muestran los números oficiales. Es que esos, seguramente, van a quedar en los ficticios 119 millones de toneladas totales de cosecha de los que habló Cristina Fernández el mes pasado en la FAO, en Italia  cuando, en realidad, la verdadera cosecha está por lo menos 10-12 millones de toneladas por debajo de esa cifra.

Pero claro,  esa realidad recién se va a comenzar a materializar “justo” cuando la Administración Kirchner esté en retirada. Será el próximo presidente el que se va a encontrar o, mejor dicho, el que “no” va a encontrar los primeros recursos genuinos que podría esperar con la cosecha y la exportación de trigo que, apenas va a alcanzar para cubrir el consumo interno. Lo mismo le va a ocurrir pocos meses después con los granos gruesos de los que quedará un saldo exportable muy inferior al que se debería haber alcanzado, y que no se va a revertir ahora cuando ya no hay casi tiempo para completar las siembras, los productores no tienen plata (más vale, tienen deudas), y el “aporte” oficial prometido (y aún no cumplido) es de U$S 100 millones que, eventualmente, solo alcanzarían para sembrar unas 300.000 hectáreas, cuando la superficie a cubrir es de más de 30 millones de hectáreas, aunque en este ciclo muchas van a quedar vacías, sin explotar.

La gente de Agricultura le habrá contado esto a Kicillof?, o este estará tan distraído como los candidatos a presidente que todavía no se enteran que el 2016 ya está jugado para el campo?