A 360 días…

Además de los políticos, buena parte de la ciudadanía ya comenzó también la cuenta regresiva para el cambio de Gobierno.

Para la producción, sin embargo, ese plazo parece demasiado lejano ante la crisis que enfrentan hoy, y casi nadie tiene mayor expectativa sobre alguna eventual modificación correctiva de las políticas actuales. Más vale lo contrario.

El país se “achica” aceleradamente, y ya no es ocultable.

Las inversiones de afuera no vienen, y los empresarios que ya están tampoco tienen planes para invertir más en estas condiciones. Por el contrario, buena parte de las firmas, del campo y de las otras, tiene en su horizonte cercano la disminución del personal, de las horas extra, de la producción,  etc.

El empequeñecimiento responde ahora a dos razones: el frente externo y el interno.

Sin duda, el viento ya no es “de cola” como ocurrió durante más de un quinquenio. Los precios internacionales son sensiblemente menores a los récords que se conocieron y, si bien a nivel mundial el precio del petróleo ahora bajó en forma marcada y las tasas de interés también siguen bajas, en ninguno de los dos casos ese beneficio llega a los consumidores locales.

El saldo para el país es negativo: es más lo que pierde por la baja en los valores de sus principales rubros de exportación: granos y sus subproductos, que el ahorro que le significa el menor monto a desembolsar por importaciones de energía, dada la menor demanda interna (recesión?) y la caída en el precio de los combustibles.

Acotada la demanda interna (por cantidad de habitantes y por la merma en la capacidad de compra), entonces solo quedaría la exportación, pero también aquí las restricciones son crecientes, tanto cuali y como cuantitativas, aunque el nivel del tipo de cambio es lo que más desvela a la hora de intentar exportar.

Según los analistas, este hoy es semejante al que tenía hacia el fin de la Convertibilidad, y en la época del ex Ministro Alfredo Martinez de Hoz, aunque en esos momentos no existían las retenciones, ni la presión tributaria actual.

Alguno de ellos sostiene que de mantenerse el nivel del tipo de cambio de  2002-03. sería equivalente a $ 18-$19 por dólar; mientras que si la comparación se hiciera respecto a fines de 2006, debería estar en alrededor de $ 14,50.

Los estudiosos agregan otras diferencias, como que a principios de  esta década el nivel del gasto público era de 30 puntos del PBI, mientras que en la actualidad ascendió a hasta alrededor de 50….(¡).

Según la experiencia de ambos casos anteriores, el atraso en el tipo de cambio provocó daños graves en la industria exportadora, en el turismo receptivo, en la producción agropecuaria, y también en el nivel de inversiones.

Por supuesto que también hubo beneficiados. Era la época de los viajes a Miami, del “deme dos”, de la “plata dulce”…

¿Cualquier similitud es mera coincidencia…?

Si a esto se agregan las devaluaciones que vienen registrando varios países, incluido el principal cliente de la Argentina: Brasil, y la fuerte caída de la competitividad local – el famoso “costo argentino”-, por puertos, falta de infraestructura, restricciones y trámites de todo tipo, Roes para vender al exterior, etc., el panorama exportador es más que sombrío.

Tanto así que, en el caso del campo, volvió a caer el área de siembra total, y casi todos los cultivos perdieron superficie. Además de los crecientes costos  productivos, hoy los fletes internos sacan de mercado casi a cualquier producción.

En semejante situación, no puede extrañar tampoco el cierre de frigoríficos, usinas, molinos, la desaparición de tambos y la concentración de los que quedan. Lo mismo ocurre en otros sectores de la producción industrial, con crecientes niveles de desempleo, quiebras, convocatorias, ya que es imposible absorber los mayores costos sin poder vender/exportar

La mayoría ya se “comió” las amortizaciones de, al menos, 3 años, enfrentan distintos niveles de deudas (los que tuvieron la suerte de conseguir algunos fondos), y saben que en un año de elecciones como el próximo, seguramente la presión sobre los salarios seguirá siendo creciente.

Con ese escenario, 360 días parecen demasiado tiempo para aguantar…