Sobre llovido…, ¡mojado!

Si algo le faltaba a la campaña 14/15 que se intenta seguir sembrando por estos días, no fue la lluvia, ni las mangas de piedra que cayeron en muchas zonas, anegando nuevamente los potreros, sino la abrupta suba en las cotizaciones del dólar “blue”, que llegó a traspasar la barrera de los $ 16, casi duplicando así el valor de la divisa respecto a la oficial. Esto, naturalmente, “congeló” a los productores agropecuarios, casi más que la debacle de los precios internacionales de los granos que siguen sin encontrar, aparentemente, su piso.

Es que es fácil darse cuenta que con costos internos en aumento, y precios por la mercadería en baja, la ecuación no cierra, y hasta la soja comienza a tambalear, sobre todo si media un arrendamiento, y el campo se ubica a más de 400 km de distancia a destino.

Las perspectivas no son muy optimistas, y solo los que lograron retener algún stock vacuno, se sienten hoy algo más tranquilos, aunque también con un “techo” muy próximo pues, si no se abren las exportaciones, el mercado interno ya está prácticamente en sus niveles máximos de consumo, siempre hablando del total de carnes (porcina, aviar, etc.), que está rondando los 120 kilos por habitante y por año, de los cuales la mitad es de carne vacuna.

Pero los que liquidaron los rodeos por el avance de la agricultura, o desarmaron las instalaciones (mangas, corrales, alambrados, molinos, aguadas, etc.) para alquilar el campo para granos, ahora están ante un destino incierto: no pueden reponer la hacienda y, mucho menos, la infraestructura ganadera; y tampoco están en condiciones de hacer granos por su cuenta, y en muchos casos, tampoco hay quien les arriende, sobre todo,  en las zonas que se van alejando de los puertos.

Los famosos “pools” de siembra, tan criticados por algún sector en su momento, desaparecieron hace ya dos campañas, la cadena comercial va presentando moras crecientes, y los créditos no abundan (al margen de que a quienes están en zona de Emergencia Agropecuaria tampoco se los otorgan).

Entonces, ¿ahora quién financia?.

A partir de este escenario, los analistas más serios están estimando ya un nuevo retroceso del área total de siembra de esta campaña 14/ 15, tal como se escuchó esta semana en la Jornada anual de Agrotendencias, del Centro de Corredores. Los más afectados, serían hasta ahora, el maiz y el girasol aunque, lo que hasta no hace mucho podía ser capitalizado por la soja, sustituyendo la caída de los anteriores, en los últimos días comenzó a ponerse en duda, especialmente después de que las cotizaciones traspasaran en Chicago, el piso de U$S 350 por tonelada.

Ni hablar si, como vaticinan algunos, el precio cae otros U$S 20-30 por toneladas. Hay que tener en cuenta que una soja de U$S 300 en Chicago, equivale a U$S 200/tn en el mercado interno (35% de retenciones), lo que dejaría también a la oleaginosa con márgenes económicos negativos, como el resto. Y esa es la cuenta que aceleradamente sacan hoy los productores.

El caso es que semejante ecuación, que volvería a dejar a la Argentina bien por debajo de los 100 millones de toneladas de cosecha (a pesar de lo que diga Agricultura), no solo va a significar una pérdida importante para los agricultores, sino también para muchas provincias, para el país y, más aún, para el propio Gobierno. Es que de confirmarse las estimaciones preliminares de cosecha, y con los precios actuales de los granos, ya el recorte en los ingresos por exportaciones estaría superando los U$S 6.000 millones, mientras que se estima en U$S 1.500 millones la caída de la recaudación fiscal por retenciones.

La cifra puede ser aún mayor en caso que el clima a partir de aquí, juegue en contra y/o que las cotizaciones agrícolas internacionales retrocedan más aún.

El tema es que ese resultado va a caer justo en plena campaña electoral, en medio de las Paso, de las alianzas y cuando la Administración Kirchner va a estar más necesitada de fondos para hacer campaña.

¡Mal momento para que se caiga una cosecha!…